Me he dado cuenta que es fácil olvidarnos de lo que Dios ha hecho, y los logros obtenidos fácilmente los asumimos como propios. Cuando no le das a Dios la GLORIA y el HONOR que merece, estás actuando como un necio, como un estúpido, como alguien quien no tiene a Dios.
- Cuando Dios sana una enfermedad decimos, que el doctor se equivocó o que no era tan grave como pensaban.
- Cuando Dios prospera económicamente, nos jactamos de nuestra habilidad para los negocios.
- Cuando Dios cambia la vida a alguien, nos llevamos los laureles, porque según nosotros, fue gracias a nuestras charlas.
- Cuando Dios llena SU iglesia, presumimos de cuan duro hemos trabajado para llenar la iglesia.
- Cuando Dios hace ingresar a un joven a la universidad, se dice que el joven estudio mucho y que fue aplicado.
- Y PUEDO SEGUIR DANDO EJEMPLOS…
El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice a los sacerdotes: «Un hijo honra a su padre y un sirviente respeta a su señor. Si yo soy su padre y su señor, ¿DÓNDE ESTÁN EL HONOR Y EL RESPETO QUE MEREZCO? ¡Ustedes han tratado mi nombre con desprecio!»No obstante, preguntan: “¿De qué manera hemos tratado tu nombre con desprecio?”. MALAQUÍAS 1:6
Recuerda siempre que la gloria es de Dios. Si comienzas a quitársela, dejará de obrar en ti y a través de ti. ¡NO LE ROBES A DIOS SU GLORIA Y HONOR!
Comentarios Recientes