
¿Sientes que perdiste la pasión? ¿La pasión en tu familia, hacia tu trabajo y aún hacia tus metas personales? ¿Te sientes desmotivado y poco emocionado por las cosas que se necesitan hacer? ¿Cansado y poco entusiasta? Si has respondido con un gran SI a cualquiera de las preguntas anteriores, solo me queda decirte “¡Bienvenido al club!”
La pérdida de entusiasmo y pasión es algo que nos llega a suceder de tiempo en tiempo, pero no nos damos cuenta sino hasta cuando ya nos sentimos super desganados y hartos de lo que hacemos. Te lo digo por experiencia, yo puedo entender tu lucha.
Recuerdo que, a los 15 años, obtuve uno de mis primeros trabajos en una tienda de computadoras, como el asistente del técnico de la empresa. El acuerdo al cual había llegado con los dueños, era que después del colegio iría a trabajar a la tienda haciendo tareas de limpieza y mandados, a cambio de que los técnicos que laboraban en ese lugar me enseñaran a armar y arreglar computadoras. En otras palabras, mi sueldo sería la enseñanza y experiencia obtenida.
Dirías que los dueños salieron ganando, pero en ese momento; era yo quien sentía que era el ganador, porque me encantaba todo lo referente a la tecnología, y cada día, solo esperaba que el colegio acabara para irme super rápido a mi trabajo. A veces nos quedábamos hasta las diez u once de la noche tratando de arreglar una computadora, pero eso no importaba porque estaba entusiasmado, estaba apasionado.
Me acuerdo que, después de varios meses, la secretaria me llamó a su oficina, para felicitarme por mi labor porque miraba en mi mucha disposición y buena actitud, y además me comunicó que los dueños habían decidido comenzar a darme una propina para ayudarme con mis pasajes. La verdad es que no era mucho lo que recibía, pero eso no me importaba, sino que, al contrario, no lo podía creer… ¡Me estaban pagando por hacer algo que encantaba! Es obvia que vivía muy entusiasmado por lo que me tocaba hacer, y eso era evidente en lugar de trabajo, y por eso me dieron el reconocimiento.
En mi segundo año en la empresa, algo pasó, algo cambio en mí, pero ya no me sentía tan feliz como al comienzo. Claro que iba y cumplía mis responsabilidades, pero ya no las disfrutaba como antes. Comencé a tener tensiones con los otros técnicos, a veces pensaba que lo que me daban no era suficiente, y que por mi labor merecía recibir más, hacia horas extras y no sentía que me las reconocía, etc.
En verdad no sé que pasó exactamente para tan grande cambio de actitud, quizá era porque a la vez estaba en el último año de colegio, y ya necesita mentalizarme para la universidad o simplemente era la monotonía que me había robado la expectativa de las cosas que hacía. Simplemente no sabía que había pasado, solo sabía que había perdido el entusiasmo.
Esto mismo nos llega a suceder en muchas esferas de la vida. Nos casamos emocionados, pero luego perdemos la pasión; emprendemos un negocio, pero luego lo traspasamos; empezamos a escribir un blog, y después lo abandonamos; nos trazamos metas de leer libros, y ahora están acumulados; ingresamos a un trabajo con muchas expectativas, y ahora solo vemos el reloj para irnos a casa. ¿Perdiste el entusiasmo?
El día de hoy, quiero ayudar a recuperar el entusiasmo que tenías antes, pero para lograrlo es importante reconocer que tipo de persona eres. Porque en cuanto a entusiasmo se trata, podemos clasificarnos en dos grupos.
PERSONA #1.- Aquellos que permiten que sus circunstancias influyan en su entusiasmo.
PERSONA #2.- Aquellos que permiten que su entusiasmo influya en sus circunstancias.
Ahora bien, es importante que respondas con sinceridad, ¿Cuál de las dos personas eres tú? ¿la que se deja afectar por las cosas que suceden a su alrededor? O ¿eres de las que con solo tu presencia afectas positivamente el ambiente que re rodea?
Seas la persona que seas, es importante reconocer que el verdadero entusiasmo, aquel que es sostenible a través del tiempo y que te motiva a seguir adelante disfrutando de la vida que tienes, es un entusiasmo espiritual. Aún la etimología de la misma palabra nos indica un elemento espiritual; que ya proviene del griego entheos que daba la idea que Dios estaba dentro de la persona.
ENTUSIASMO – entheos — Lleno de Dios.
Es por eso que el verdadero entusiasmo no es algo que puedes fabricar, sino que es algo que proviene de Dios. Y así como muchas otras cosas en la vida, la presencia de Dios juega un papel muy importante para que podamos desarrollar una vida plena y abundante. ¿Está Dios presente en tu vida? ¿No te gustaría desarrollar una relación con él?
Leamos las palabras del apóstol Pablo y descubramos una perla maravillosa en cuanto al entusiasmo:
“Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil.”
1 CORINTIOS 15:58 (NTV)
En este maravilloso texto bíblico podemos entender la razón por la que muchos perdieron el entusiasmo en alguna área de su vida, y es que llegaron a confundir el QUE y el PORQUE. Por eso aquello que antes te traía tanta alegría y emoción; hoy en día pareciera que perdió significado y propósito.
No es lo QUE haces, lo que brinda significado, sino PORQUE lo haces.
Para el apóstol Pablo no era importante todas las actividades que tenia que realizar, sino la razón por las que las realizaba; para él su PORQUE era su deseo de servir a Dios. Y tú, ¿ya descubriste tu por qué? Hasta que no lo hagas, te verás atorado en mundo de quehaceres, pero sin propósito, sin entusiasmo.
¡El PORQUE es importante!
Esto lo aprendí hacer muchos años en mi lucha por bajar de peso. Desde que era pequeño siempre fui gordito, pero cuando me casé llevé mi salud a un extremo peligroso. Para mi estatura baja que es de 1.62 cm llegué a pesar más de 100 kilos, en otras palabras, había alcanzado la Obesidad Tipo II.
Como entenderás, cada año mi meta era bajar de peso, no me gustaba como me veía; así que probe de todo, y en verdad cuando digo todo, es todo. Pero nada servía, porque ni bien empezaba, sea una dieta, ejercicios, fajas o cualquier cosa; perdía la motivación y venia el efecto rebote.
Hasta que nació mi primera hija, y recuerdo que un día a mis 30 años de edad, cuando mi bebé solo tenia 5 meses de nacida, me di cuenta de cuanto me dificulta solo el hecho de cargarla, no podía respirar bien; y fue en ese momento donde se me vino una imagen a la mente, donde miraba a mi hijita crecer sin su papá. Y dentro de mi surgió una razón por la cual buscar ser una persona saludable, nació en mi un PORQUE.
Ya no quería bajar de peso para verme bien, ahora mi PORQUE había cambiado todo, deseaba ser una persona saludable para disfrutar de mi familia. Y así fue que sin saber cómo, empecé a hacer ejercicio, comer mejor, tener paciencia y perder más de 30 kilos.
¡El PORQUE es importante!
Quiero que sepas, que Dios te ama, y él desea llenar tu vida de entusiasmo, propósito y gozo, pero es importante que reconozcamos nuestra necesidad de él. Es fundamental aceptar que así como tenemos un cuerpo, también tener un alma y un espíritu, que no hallarán plenitud hasta que Dios esté presente.
El famoso rey David, el mismo que con entusiasmo sirvió a Dios y a Israel en su juventud, el que con una piedrita derribó al gigante Goliat porque su gozo y fuerza dependía de Dios; también pasó por lo mismo que nosotros, él perdió su entusiasmo y comenzó un camino de destrucción, pero hubo un día en el que se detuvo y eligió ya no andar por ese tumbo, así que volvió a Dios con una petición sincera.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.”
SALMOS 51:10, 12 (RV1960)
La oración de David, fue mi oración, y puede ser tu oración también. Es momento de que, con humildad, le digamos nuestro buen Dios: “Ayúdame a tener lo que una vez tuve”, y lo mejor de todo, es que él desea responder a tu corazón y derramar sobre tu vida entusiasmo, pero del bueno, del espiritual. ¿Qué tipo de persona serás? ¿De aquellas que se dejan afectar por las circunstancias? O ¿serás de las que con su verdadero entusiasmo afectan alrededor? ¡Confiemos en Dios!
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