¿CÓMO RECUPERAR MI ESTABILIDAD EMOCIONAL?

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Nadie arruina su vida de la noche a la mañana, sino que vamos permitiendo que poco a poco nos vayamos drenando, al punto de ya no ser la misma persona que éramos antes.

Lo que nos sucede a la gran mayoría de personas, es que hemos perdido la estabilidad emocional; por eso estamos más ansiosos, enojados, frustrados, tristes, distantes, desanimados, etc.

Es posible que por fuera podamos proyectar una imagen de que todo esta bien y en su lugar, pero por dentro nos vamos derrumbando y sintiendo cada vez más cansados.

Puedo identificarme con lo que escribió el salmista en el Salmo 42:

“Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí?…” (9-11)

Si también te identificas con el salmista; ¡bienvenido al club!, pero no tienes que quedarte así; es posible darle la vuelta al asunto y recuperar tu vida, pero es necesario ser honestos con nosotros mismos en el proceso.

Quisiera hacerte tres preguntas, con las cuales podríamos empezar a meditar sobre el asunto y tomar pasos hacia la recuperación.

1.- ¿CON QUIEN ESTÁS HABLANDO?

En el capítulo 5 de Santiago se nos enseña a buscar ayuda, sea que estemos enfermos, en aflicción o en problemas. ¿Tienes algún consejero? ¿Tienes en tu vida a un líder espiritual con el cual hablar de lo que te está sucediendo?

La idea no es ir de persona en persona divulgando tu vida entera, sino tener una o dos personas a las que respetes, y que sabes que pueden guiarte a un camino mejor.

2.- ¿QUÉ ES LO QUE ESTÁS HACIENDO?

Seré más claro, ¿hay algo que estás haciendo que sabes que deberías de dejar de hacer? Sea un pecado o un mal hábito, es tiempo de reconocerlo y removerlo de tu vida.

Mientras continues operando en secreto no podrás experimentar la paz de Dios.

3.- ¿QUÉ PUEDES HACER PARA TRAER SANIDAD Y ENERGIA A TU VIDA?

Así como tenemos que remover cosas nocivas de tu vida, también es necesario traer y establecer cosas buenas; empezando con el lado espiritual como meditar en la Palabra de Dios todos los días y dedicarnos a la oración.

Encontrar hábitos de buen descanso de sueño, actividades físicas y sanas conversaciones con amigos. Puede ser también leer nuevos libros, o jugar en familia. Caminar por el campo o pasear a la mascota de la casa.

Es verdad que puede que hayas llegado a un punto de agotamiento, pero asi como te descuidaste, también puedes recuperar el control. ¡Solo es cuestión de empezar hoy!